lunes, 21 de diciembre de 2009

EL DIABLO EN LA BOTELLA




En alguna ocasión vi una entrevista a ese gran escritor colombiano que es Álvaro Mutis, donde el creador de Maqroll el Gaviero reflexionaba sobre las lecturas que desde su niñez lo habían acompañado, en alguna parte de la reflexión-entrevista, Mutis hacía mención a que uno de sus libros favoritos era y seguiría siendo por el resto de su vida: La isla del Tesoro, de R.L.Stevenson; asegurando que aún se deleitaba con la descripción de las aventuras de su protagonista.


La primera vez que leí La isla del Tesoro, quedé asombrado por el poder de sus imágenes, y por la capacidad de Stevenson para hacerme imaginar cosas con tan sólo esbozabar dos o tres detalles dentro de la narración. Dicho asombro se transformó en admiración cuando continué leyéndolo cotidianamente.


Hace varios meses, me enteré a través de algún medio de comunicación, que un periódico a nivel nacional había lanzando una promoción sui generis, que consistía en poder adquirir libros en miniatura de reconocidos escritores. Apenas el sábado pasado, compré los 2 primeros libros de un total de 25. El primero que leí EL DIABLO EN LA BOTELLA, de R.L. Stevenson, me recordó la entrevista a Álvaro Mutis, y me inspiró este pequeño homenaje al autor de La isla del Tesoro y a su admirador número uno.

viernes, 18 de diciembre de 2009

COMPRANDO LIBROS







El día de ayer recibí la visita de mi buen amigo M.A., que muy amablemente se reporta todas las quincenas para que juntos vayamos a comprar libros. En esta ocasión la cita fue en SANbORS, en punto de las 11 de la mañana, pero cual sería mi sorpresa, al descubrir que mi amigo M.A. había llegado con varios minutos de anticipación y había adquirido para mí 2 interesantes libros de Saviano, los cuales leeré placenteramente. Recuperado de la sorpresa, estuvimos dando vueltas por los pequeños libreros, en busca de algún tesoro escondido, pero al parecer el señor Slim, no está muy interesado en diversificar la oferta literaria en sus changarritos, por lo que nada más pudo llamar nuestra atención. Por lo que tuvimos que optar por visitar una conocida librería del centro de la ciudad. Ahí adquirí, por fin, 3 joyas. En una sóla edición de Alfaguara, la saga completa de Maqroll el Gaviero, y un libro de historia. Al siguiente día, inicié con la compra de más libros: Fadanelli, Coetzee, Beckett, y Saramago. Creo que tendré con que entretenerme este fin de año.